Friday, April 22, 2011

El camino de Martyr.


Al final de su segunda semana en la Cinemateca, Martyr se despidió de las pantallas paceñas para finalmente comenzár el camino ya trazado de antemano. Lo que no quiere decir que no volverá a la pantalla grande.

Y ¿cuál es ese camino trazado de antemano?

En los últimos años hemos podido ver un dramático cambio de como se financia, se produce, se distribuye y se capitaliza el cine independiente.

Cuando comenzamos a rodar Martyr la intención fué la de ir por el viejo camino, algo así como el camino a Coroico, estrecho, fatal, peligroso, resbaloso e incierto. Ese camino dependía de las condiciones ofrecidas por los difíciles de encontrar distribuidores de películas o del tiempo y medios de los que uno disponía para ir tocando de puerta en puerta a ver si se lograba una venta.

Eso pasó con Krik Krak. Un largo camino de dos años de festivales, tocar puertas y mas puertas, lograr algunas ventas, pero al final, a pesar del éxito de ventas para una película de limitado mercado, el resultado no justificó el sacrificio realizado.

El camino que tenemos delante es mucho más placentero, menos costoso, menos sacrificado y más efectivo. No depende del gusto de los que dirigen festivales, ni de los criterios de los distribuidores, ni de las adivinanzas de los "expertos" del mercado. Tampoco está regido por focus groups ni ningún otro método de estudiar el mercado.
Es mucho mas simple que eso. Es el contacto directo del cineasta con su audiencia. Una audiencia que tiende a crecer con el correr de los días, las semanas, los años.

Martyr tiene ese camino por delante. Hay personas esperando en la ruta para recibir la película, comentarla en foros, discutirla con amigos e incluso con nosotros.

Es otra forma de ver cine.

Martyr parte de un lugar muy personal para sus creadores, los que no se limitan al director/guionista, o sea mi persona. Martyr sale tambien de Carmen Paintoux, que creó al personaje de Camille y le entregó mucho de si, de su experiencia, de su vida misma.

Sabemos que Martyr llega a su audiencia, que toca ciertas fibras íntimas. Lo sabemos porque nos escriben, nos dicen lo que piensan, lo que sintieron, lo que les dejó Martyr cuando la vieron. Tambien están los que la esperan ansiosos porque intuyen que lo que Martyr cuenta es algo que llevan dentro.


Entonces estos cambios en la forma de hacer cine tienen mucho que ver con el compartir de una idea, de un sentimiento, de una pasión.

Dicen que el cine se ha democratizado, es verdad, pero algunos ven esto con miedo, un miedo que no entiendo. Dicen que se perdió cierto rigor al hacer cine, o se perdió la magia de hacer cine, ... algo se perdió según los que quizás prefieren que el cine tenga mucho de elitista, algo reservado para los mas pudientes.

Para mí no se ha perdido nada. Se ha ganado. Se vá ganando terreno, se va ganando adeptos y lo mejor de todo esto es que el campo es abierto, es universal y no se limíta a un barrio o a una ciudad o a un grupo de personas. La audiencia de Martyr está en todo el planeta.

Quizás el miedo de algunos es ese, que el nuevo cine independiente escapa los "controles" del pasado, las censuras, las críticas, las opiniones de los que se creen los cardenales del sacro santo templo del cine.

Para nosotros hacer cine es una celebración. Es una fiesta permanente donde hacemos cine, vivimos el cine y vivimos del cine. Nuestro publico está ahí, en todas partes y gusta de lo que hacemos y es parte intrínsica de esa fiesta.

De vez en vez saltamos a las pantallas, como con Sirwiñakuy, o Nocturnia, o Martyr, pero mucho de nuestro trabajo se vá directito a su fiel publico, como será el caso de Le Marquis de la Croix.

Martyr está en el punto de partida, con todo el camino por delante y sin buscar competir con nadie. No es una carrera a ver quien gana, es solo un camino y cada casa donde Martyr entra es un hogar donde Martyr se queda por siempre.

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